sábado, 18 de enero de 2014

La (plácida) imputación de la Infanta: Crónica de un fiasco judicial y fiscal anunciado.


LA INFANTA CRISTINA JAMÁS SE SENTARÁ EN UN BANQUILLO DE ACUSADOS EN UN JUICIO ORAL POR DELITO FISCAL Y BLANQUEO DE CAPITALES. 

LOS QUE ABRIGAN ESA QUIMERA, INCLUSO COMO GATERA DE PENETRACIÓN DE LA III REPÚBLICA, QUE VAYAN ABANDONANDO TODA ESPERANZA.

Y con quién opine lo contrario, me apuesto un par de cañas con ración de gambas blancas a la plancha. Dicho queda.

La clave es muy simple y se llama "aplicación de la Doctrina Botín". 

La doctrina Botín, fijada en la Sentencia del Tribunal Supremo 1045/07 de 17 de Diciembre y así denominada por haberle salvado el cu  haber confirmado el sobreseimiento, por parte de la Audiencia Nacional, de la causa seguida contra varios directivos del Banco de Santander (entre ellos su Presidente, D. Emilio Botín, que desde entonces tiene el dudoso honor de dar nombre a dicha doctrina) y un par de decenas de clientes del Banco y en la que las acusaciones populares (ingenuas criaturitas) solicitaban penas de más de 100 años de prisión (almas de cántaro) por (supuestos) delitos contra la Hacienda Pública y alguno que otro más, mientras que tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaron el sobreseimiento, solicitud a la que accedió la Audiencia Nacional, provocando con ello el recurso en casación por parte de las acusaciones particulares. El Tribunal Supremo rechazó dicho recurso y ratificó el auto de la Audiencia Nacional. 

La argumentación jurídica esgrimida por la Audiencia Nacional en su auto de sobreseimiento, posteriormente ratificado por el Tribunal Supremo en la Sentencia que fija la ya referida doctrina Botín, consistió básicamente en que no cabe abrir juicio oral a los acusados de un delito si solamente lo pide la acusación popular y tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitan el sobreseimiento. 

Procesalmente intachable, jurídicamente admisible y judicialmente inapelable.

Exquisito cuidado de las formas, aunque a costa de cierta "grosería" intelectual en el trato de los asuntos de fondo. Poco o nada que objetar, por tanto. 

Pero........¿y perceptivamente en lo social? ¿Cómo calificamos lo que va a ocurrir?





Porque en la mayoría de las ocasiones lo importante no es la realidad de los hechos sino cómo los percibe el público (la ciudadanía en este caso). 

Sociólogos, semiólogos, comunicólogos, expertos en marketing social y político podrían escribir tratados enteros sobre esto. No caigamos en la trampa de pensar que esto es un tema fiscal y tributario con consecuencias judiciales. O al menos no sólo eso. Corramos ese velo para poder atisbar levemente una parte de la verdad (y no la judicial, precisamente). 

Desde el minuto uno en que se conoce la imputación de la Infanta Cristina, en un auto judicial que ha sido calificado desde algunos medios como "histórico", "intachable" y "jurídicamente minucioso y perfecto" ya comienzan los ataques (que posteriormente se han convertidos en sistemáticos (sistémicos, casi me atrevería a aventurar) contra la persona del Juez Castro. Y no con argumentos estrictamente jurídicos en la mayoría de los casos. 

A este respecto recordemos las inconcebibles manifestaciones de uno de los abogados del Bufete de Miguel Roca, ante las cámaras de televisión de medio mundo, aduciendo como argumentos jurídicos de una solidez marmórea el que "el amor nubla el entendimiento" "una esposa no va a ir acompañada de Notario y tres Abogados cada vez que firma algún documento" o que entiende "que el Juez Castro se sienta muy realizado por haber imputado a la Infanta".     

No soy Letrado, pero desde mi óptica de simple ciudadano que no necesita de un Notario y tres Abogados (quizá porque soy hombre y no mujer, según parece deducirse de las manifestaciones de este profesional) para firmar documentos; si estas declaraciones (más propias de una sobreactuada intervención en Sala) se hubiesen hecho públicas en un país serio, con una democracia suficientemente asentada, supongo que alguna "reprimenda" se hubiese llevado el interfecto, aunque tan sólo fuera por intentar insultar la inteligencia de 45 millones de españolxs. 

A esto le han seguido multitud de editoriales y artículos de opinión en la prensa monárquica. Sin comentarios el último escrito del Fiscal del caso y la consecuente citación de los peritos de la Agencia Tributaria. 

De traca la "decisión" del equipo de Miguel Roca de no recurrir el auto y su comunicado a la prensa anunciando que la Infanta acudirá "voluntariamente" a declarar ante el Juez Castro. Supongo que con la misma voluntariedad con la que, en su día, fueron a declarar Julián Muñoz y la Pantoja, para entendernos popularmente. Tal pareciera, de la lectura del comunicado, que es la Infanta la que, en una "gracia" especial que concede al Juez, se dignará a asistir "voluntariamente" a su declaración. En calidad de imputada, no lo olvidemos. Y además se le adelanta la comparecencia casi un mes sobre la fecha prevista. 

Todos los actores de esta ópera bufa (excepto el Juez Castro) ya saben como va a terminar el acto, aunque no la obra. Y quieren que termine ya y que el tema se diluya cuanto antes. De todxs es sabido que lxs españolxs tenemos "memoria de pez". 

Pero volvamos al principio para llegar al final. Como la Fiscalía no tiene la menor intención de acusar a la Infanta (antes bien, hasta ahora ha venido realizando el papel de Abogado Defensor de la misma con una entrega y encomio dignos de mejor causa) y como la acusación particular, personalizada en la Agencia Tributaria a través del Abogado del Estado (que ha sido la perjudicada por los hechos enjuiciados, no lo olvidemos) ya ha manifestado por activa, por pasiva, por transitiva y por circunfleja (por si alguien albergara dudas) su inequívoca y firme decisión de no acusar tampoco, hétenos aquí que se conciliabulan (me temo que me acabo de inventar el palabro, pero sé perfectamente lo que quiero decir) todos los condicionantes para aplicar, plena y contundentemente, la Doctrina a la que da nombre el señor este de traje gris, impoluta camisa blanca y corbata roja. Si hombre, que es banquero y muy amigo del Rey. Pues ese. 

Repito: ¿Cómo crees que quedará el asunto, desde el punto de vista de la percepción social?

Y ES QUE TODOS SOMOS IGUALES ANTE LA LEY. 

(Advertencia: No confundir Ley con Justicia. Puede producir desequilibrios perceptivos y elevación de la presión arterial)

Ya otro día, si eso, hablamos de los criterios de la Agencia Tributaria, del TEAC y del Tribunal Supremo, en torno a la imputación de lxs cónyuges y otros familiares directos cuando se trata de delitos contra la Hacienda Pública y de Blanqueo de Capitales.

1 comentario:

  1. El juez recrimina a Hacienda y a la Abogacía por favorecer a la Infanta. http://ow.ly/sXeny

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